¿POLÍTICO O ARQUITECTO?

 

2005
Noviembre
4to de secundaria
Día de semana

 

 

Hechado. No sabía si estaba dormido o era que solo tenía mucha pereza como para moverme.  Ya no hacía frío como otras noches. Iba a comenzar el verano. Un año más se estaba acabando.

La PC estaba prendida haciendo un ruido molesto que pocas veces notaba.
El equipo de música, en silencio; supuse que ya era pasada la media noche y el disco había terminado. Las paredes vacías estaban bastante claras para ser de noche. Debió ser luna llena.

 

 

… Nunca quize ser muchas cosas cuando era niño. No dije que quería ser bombero, ni policía o presidente. Tal vez no lo recuerdo. Y si no lo recuerdo, es porque en verdad nunca lo quize.

Lo único que imaginaba de vez en cuando era un gran salón y una larga mesa. Éramos 10 ó 12 personas dentro. Hablábamos de grandes cosas, de casos impensables, de ideas increibles…

Nunca escuchaba bien esas discusiones, ni me importaba mucho qué decíamos. Solo recuerdo el deseo de querer sentirme importante y darle solución a cada problema que pudiera existir…

 

 

Empecé a sentir algo de frío. Seguí quieto. Ahora sí bastante seguro de que solo tenía mucha flojera como para moverme. La PC seguía haciendo ese ruido molesto y las paredes se ponían cada vez más claras. ¿Podría estar ya amaneciendo?

Un poster del Che me miraba desde el otro lado del cuarto ¿Quería decirme algo?
Mi cama se veía bastante grande; tal vez lo era. La manta solo tapaba mis piernas.

En verdad quería dormir, pero sentí más frío. Levanté el brazo como si pesara más de lo normal. Pero este no movió la manta para taparme; se giró al equipo y presionó play. “Where Eagles Dare” empezó con unos redobles de batería.

 

 

… Mi padre tal vez lo niegue, pero siempre quizo que siga sus pasos y sea político. Estoy seguro.
Yo no entendía de carreras o formas de vida aún, pero de niño tu padre siempre lo puede todo y harías muchas cosas por ser como él.

En ese intento, me interesó la declamación. Comencé a declamar poemas en “Bellavista”, en algún grado de primaria. Desde entonces, declamando, he ganado todos los concursos en los que he participado. Aún así, pocas veces hablo de esto. Algo que sería muy raro en un político. 

Por fin empezaba a comprender el porqué me gustaba declamar, y entendía que  en el fondo algo no tenía sentido con mis planes…

 

  

Ahora se escuchaba “The Trooper”. Curiosamente el sonido de la PC coincidía con Harris  y lo ayudaba en el bajo. Ya no habían ruidos molestos y las paredes estaban ya bastante claras.

Sentía cada vez más frio y menos sueño. Aún así, seguía muy quieto y mis ojos fijos en los del Che. ¿Qué habría soñado él de niño?

  

 

… Yo subía al escenario. Hacía silencio sólo con una mirada fija y un gesto claro. Respiraba profundo dos veces y comenzaba…

El declamar no es como muchos piensan: el poema de memoria y los gestos que siguen las palabras. 
El poema nunca es la escencia. En sí, es el sentimiento que te produce al escucharlo. Y yo entendía eso. Escuchaba con mucha atención cada palabra en mi cabeza, cada verso. Lograba comprender el mensaje y captar el deseo del autor. Esta sensación era transmitida con calma pero con mucha fuerza hacia la mirada en mis ojos y los gestos de mis brazos.

Por fin empezaba a descubrir el porqué seguía declamando en cada concurso. No era tanto por los aplausos al final, ni por querer pulir un trofeo o medalla más. Era por el gran momento que vivía ahí arriba. Era el poder hacer visible un sentimiento; aunque sólo sea por un instante.

Eran palabras del autor y unos gestos míos los que lograban transmitir sensaciones y reacciones en cada individuo.

Esa era mi respuesta. Pero a otra escala.

Las sensaciones debían ser eternas y las reacciones siempre nuevas. Estas provocarían deseos en las personas y misterio en sus formas de vida. El verso y mis gestos debían ser esculpidos en  muros de piedra para nunca ser borrados…

 

 

Mi cuarto empezaba a verse un poco extraño.

 

PUM.. PUM…
[cómo odiaba esos golpes en la puerta]

 

“¡Ya entra a báñarte, vas a volver a llegar tarde!… ¡tus hermanos ya están saliendo!”
[y cuánto me irritaban esas palabras]

 

Yo seguía con la vista fija en el poster del Che. Y aún así, abrí los ojos al escuchar esos gritos.

¿¡Abrí los ojos?!
 

Metí la mano en el equipo con mucha prisa; no encontré ningún disco. La Pc estaba apagada y el poster del Che ya no me miraba. Las paredes por fin eran oscuras y la manta estaba en el suelo.

¿Fue todo un sueño?
 

Me levanté de un salto… pero de pronto, dejó de importarme cuánto había mutado mi cuarto en medio segundo. Recordé que había algo muy importante que acababa de decidir a lo largo de toda la noche.

 

Estaba hecho.
Buscaría materializar y transmitir sensaciones. Quería a ser un artista. Pero… ¿un píntor? ¿fotógrafo? ¿un músico tal vez?

No exactamente.
Yo iba a ser un escultor de ideas increibles y soluciones impensables.

Quería ser…
un arquitecto; “El Arquitecto”.

.dk
recopilado y adaptado de “Escritos y más”
[enero del 2006]